¿Y si con la mayor de mis osadías
te arrancara un beso de los labios
cuando no miras?
Acabaría entonces con el misterio
que nos embarga,
las dudas, se disiparían,
los cuerpos desnudos
ante el goce caerían.
¿Y si me atreviera a acariciar
con mis dedos, tus ojos, tu alma
y hasta donde no llego?
No habrá dudas,
al momento quedará expuesto
el mayor de los lamentos,
que es este sentimiento
que latente e insomne
se encuentra desfalleciendo.
¿Y si con esa atrevida rebeldía
llegara a robar tus miradas
para hacerlas mías?
La incognita pasajera
quedará resuelta con la mayor
de las ironías,
pues solo me quedará decirte...
te querré más todavía.
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