lunes, 22 de diciembre de 2014

Poema perdido

La ceniza del cigarro
se desliza al cenicero,
con cada nueva calada
saco brillo al lapicero.

El abecedario en so menor
recorre cada hueco del cerebro,
las palabras se amontonan
queda sordo este bolero.

Me levanto ya cansada
de este juego masoquista,
no me sale el soneto,
las letras aún me esquivan.

Desabrocho el pantalón,
me desnudo de sonrisa,
es mi insomnio el del cajón,
lloro sobre mi camisa.

Me miras divertido
al otro lado de la sala,
con una sola de tus miradas
me desarmas de mentidos.

Dejo el lapicero
y me acerco hasta tu espalda,
anidarme ahí en tu cuello
es la rima que me mata.

Del labio seco al labio húmedo
lubricas mis versos, 
tus manos son la cobertura 
que frotan el poema converso.

Dejo escapar la rima,
lo susurro a tu oído,
tu aprietas firmes mis pechos,
pues bien sabes lo que pido.

Y entretanto desvarío,
llegan las rimas a mi cabeza,
dejo que fluyan por mis venas
que se derritan mis penas.

No he conseguido el verso,
la rima me ha desafiado,
me he perdido entre tus besos
y el lapicero ha callado.

TODO ME HABLA DE TÍ

Todo me habla de tí,
las canciones,
los escritos
los libros en la estantería,
ese cajón vacío,
el despertador que chilla.
Todo me habla de tí,
y sin embargo, es tan poco lo que escucho,
pero al mirar en rededor;
todo me habla de tí.

El vaso de leche del desayuno,
las parejas que caminan abrazadas,
el ruido de una cremallera abrochada;
el rugir de este vaho de la mañana.

Descanso mi nuca sobre la almohada,
ella es la única que no me habla de tí;
porque ella huele a tí,
y el hedor que desprende
sobrecarga mis sentidos,
no me deja respirar,
no me deja ni escuchar;
aún así,
cuando miro en rededor,
todo me habla de tí....