miércoles, 7 de marzo de 2012

Angel Tristeza

Y ahora que busco musas desesperadamente,
¿dónde encontrar una migaja de inspiración?
Si me encuentro aún más sola
tirada en este sordo rincón.
Lapiz en mano y al ristre
no acierto con un solo verso
que no sea de los tristes.
 ¿Quizás volaron lejos de mí las endorfinas?
O acaso, ya no sangran 
los versos por mi cabeza
a pesar de la nicotina.
De un lado el si, del otro el no,
elevo el ancla, ¿o pesa más mi corazón?.
La duda asalta impertinente,
recuerdos que se esfuman,
alguna promesa incumplida
que se mezcla con las olas y la espuma.
Si te hubiera encontrado antes,
¡oh¡ mucho antes de partir,
mi querido angel lucifer,
no te hubiera dejado vivir.
Pues vagar por estas calles
esnifando melancolía,
es el mayor premio
a esta desidia mia.
Ni las drogas ni el alcohol
consiguen sacar una palabra de amor,
la inspiración se marchó,
en el momento en que tú,
tristeza,
entraste en mi corazón.

Hay veces y hay veces

Hay veces y hay veces.
Hay veces en las que quieres hablar
y otras prefieres callar.
La inmensidad del mar
invita a dejarse llevar,
a tirar conchas y piedritas
a este  espejo cristalino,
que devuelve con las olas
la mitad de lo vivido.
La otra mitad se queda perdida,
en el desatino
de recordar con cariño
todo lo negativo.

Pero hay veces y veces....
y hay veces,
en las que quieres gritar,
exclamar como quien saca
ese clavo atado,
que mancillado por el recuerdo
vuelve impune al pensamiento
cuando lo pensábamos muerto.

En cambio, hay veces y veces...
y hay veces que el silencio
se instala en ese hueco,
que separa la verdad de la mentira,
y queda allí quieto,
esperando que mi arranque de ira
salga al encuentro.
Pero es que hay veces y hay veces...
y hay veces en que esta ira
que llevo dentro,
no sirve para acallar
ni al grito ni al silencio.

Hay veces....