jueves, 29 de diciembre de 2011

La distancia

La distancia no son todos esos kilómetros que nos separan,
no son esos mares que braman insondables,
no son, siquiera, las palabras arrojadas con descaro,
las miradas frias en las mañanas
ni la trémula boca que dispara imparable.

La distancia la marcan todos esos momentos,
que instalamos en nuestro hueco,
el corazón martilleando cuando no te siento,
el hielo que penetra en los labios sedientos,
el te quiero que se escapa de la boca al viento.


La distancia son todos esos pequeños detalles,
que instalamos y consentimos
como uno más de los instantes,
que perplejos vemos pasar y no somos capaces
de hacer que se callen...

Tu mirada

                                 De uno solo de tus mechones
cae presuroso y destilado
el beso madrugador,
que da sentido al alba,
que acalla el lejano quejido,
que mece y tiembla al páramo.


Del azul de tus ojos
se desprende el arco iris multicolor;
que radiante y feliz asoma 
desde tu nariz con una ráfaga de vida
y sentir al amanecer.


De los recovecos de tus rodillas
escarpadas cumbres rodean
el latir de este corazón,
que se acelera aquí cerquita
de este pulmón, que respira 
a sorbitos esta vida que no está.


Son, acaso, esos tus ojos la cálida estación
donde mis pasos llegan para descansar 
de esta larga caminata
en la que sigo sin encontrar,
los motivos por los cuales 
no te puedo dejar de amar.


O es acaso, el verso libre,
que me desata,
el que se escapa hasta tu entrecejo,
y quedo siempre atrapada
por ese arco de luz 
que no es otro,
 que tu propio mirada.