No quiero despertar en la mañana
y descubrir que todo ha pasado.
Que la aurora ha helado
cada uno de los pétalos de esta rosa.
Que el árbol, en sus hojas, ha marchitado;
que tus caricias han quedado atrapadas
una vez que hemos amado.
No quiero despertar en la tarde
y sentir que todo ha sucedido.
Que el llanto ha cesado,
que el mar ha soportado otro maremoto
y con vehemencia, se ha desbordado;
que tus besos quedaron secos
en labios olvidados.
No quiero despertar en la noche
con el amargo sabor de la derrota del pasado.
Sabiendo que el velo de la mentira
no has enjaulado.
Que las palabras de amor no llegaron;
que el sueño reparador te sorprendió,
sin mí a tu lado.
Es por eso...
porque me niego a despertar en la madrugada
descubriendo sombras del pasado,
que me conformo con poco
ahora que me he levantado.
Con tu risa en la mañana,
tu corto sueño reparador en la tarde
o el beso escondido en la noche.
Con un llanto que calme heridas,
un dedo tembloroso que se pose
o un te quiero escondido en las miradas.
Solo me conformo;
con no despertar en esta madrugada...